domingo, 8 de junio de 2014



LIBERTAD DE EXPRESION

Señoras y señores, en el Sexto Encuentro Regional del Foro Estatal de la Libertad de Prensa, efectuado aquí en la capital Chilpancingo, Guerrero, los organizadores tuvieron a bien proyectar un video testimonial del periodista Jorge Torres Palacios (q.e.p.d.), donde de manera muy puntual en el respectivo evento efectuado en Taxco habló precisamente de esta temática, sin saber que sólo semanas después su familia estaría experimentando precisamente todo lo que expuso.

Mi reconocimiento y agradecimiento a José Luis González Cuevas y Pedro Arzeta García por haber dado fuerte impulso a este encuentro no nada más para fortalecer la unión del gremio, sino por reiterar la denuncia pública en las ponencias y hasta en una oportuna playera donde se condena ¡NI UNO MAS!.

Y de la misma manera a Leopoldo Cardozo Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Prensa A.C. quien vino del D. F. para que a nombre de sus agremiados, hacer un donativo de 30 mil pesos que serán destinados a la familia del finado comunicador. Otra vez gracias por la invitación para dar mi ponencia, la cual a continuación la comparto:

Libertad de expresión la hay cunado no existe la auto censura, pero libertad de prensa sólo hay cuando el reportero de a pie ve publicado su trabajo luego de los diversos filtros que existen en la vorágine de los “convenios”, de los cuales en Guerrero existen muchos.

Sin contratos colectivos de trabajo, con sueldos mal pagados –peores que los de un policía-, el periodista sale desde muy temprano a la calle sin chaleco antibalas, sin más arma que una libreta de apuntes y en el mejor de los casos un celular “inteligente”, cuya renta la tiene que saldar en muchas ocasiones con “los apoyos” que los “jefes de las áreas de comunicación social pagan a discreción y con opacidad”.

Periodismo independiente, periodismo de investigación, cuatro notas diarias y un reportaje a la semana, sin viáticos, a zonas donde los “jefes de plaza” se disputan un territorio cuya atmosfera es la masacre, las fosas clandestinas, los desplazados; las consecuencias de una autoridad negligente tras el paso de los meteoros y movimientos telúricos, la abrumadora corrupción y añádase un proceso electoral en puerta.

Dialogar con “la arquitectura de la comunicación política”, pues independientemente de ser situacional y multidimensional, todavía se tiene que luchar con los egos del propio medio, con una ley y un fondo de apoyo que pese a su marco jurídico no abraza las verdaderas necesidades de una jefa o jefe de familia que adoptó el ser comunicador para ganarse el sustento diario, sin prestaciones, a veces con algo de aguinaldo y por vacaciones –en ocasiones-, los fines de semana.

Se dice que el lector, el usuario de la radio, el televidente, necesitan de historias que sean contadas, que el ciudadano necesita de información para tomar decisiones, la historia diaria de una sociedad amorfa con su opinión pública, de una prensa no vendida, critica, analítica; que los medios son el reflejo de una sociedad, empero, donde la comunicación tiene que evolucionar.

También dicen los que hablan bonito que siempre hay que redactar sobre educación, cultura, de los valores en nuestros mensajes, y que si eso “no vende”, que ahí están las Redes Sociales, como catarsis cuando la información no se ve publicada en los medios tradicionales; “que el fin de comunicar los hechos, justifica el medio”.

Mientras la vida cotidiana del comunicador continua en un forzado ahorro de gastos innecesarios, la facturación electrónica, la diaria verificación del perfil y la constante capacitación, el patear calles, con roles de investigación independientes, salvaguardando la credibilidad, la propia visualización pública para terminar trabajando en más de tres medios, o más de dos chambas y a completar no la quincena, el día a día.

Los medios de comunicación tienen su propia agenda y, otra vez, el periodista de a pie sigue necesitando de la tan traída y llevada unidad en el gremio, manejar nuestras propias crisis ante los escenarios, por enésima vez, de impunidad, donde los periodistas ya no nada más “mueren de noche” y no dejamos ni con que para tener un sepelio digno, mientras otros más son premiados para ir al mundial de futbol en Brasil.

No necesitamos cosas sofisticadas; requerimos de un tabulador, de un salario que haga frente a la vida cara, un programa práctico de vivienda, ser sujetos de crédito, becas para nuestros hijos, accesos a un servicio médico y un seguro de vida, pero que salgan principalmente de los medios para los que trabajamos y no nada más de las bondades de una ley de avanzada y ejemplo para otros estados.

¿Cuánto tiempo de reacción tenemos para cambiar la estrategia política en los medios?, el chiste es ¿cómo le hacemos?; por ello propongo una comunicación colaborativa con los que somos y proponemos a los directivos de los mass media; Sin bajar la guardia con la administración estatal, a pesar de que somos diversos, “por que no todos somos iguales”.


Sin embargo “todos, todos, todos”, buscamos adaptarnos a esta realidad donde adoptamos nuestras propias medidas de seguridad, buscando la noticia de las emociones, rápidos y buenos, “en corto”. Pero eso también depende de nuestra comunicación personal. Es cuánto. Gracias por el favor de su atención. Foto: Marfred Angel Comentarios: www.noesegurasalazar.blogspot.mx

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