lunes, 31 de marzo de 2014





JUAN VALDEZ

Señoras y señores, en Colombia, tomarse una taza de café, “es colaborarle” a más de 500 mil familias cafetaleras que habitan en los 16 departamentos desde Nariño en el sur, hasta la Guajira en el Norte; colombianos que en su gran mayoría viven en pequeñas fincas que no superan las 2 hectáreas, pero que no son sólo productores, sino propietarios de la marca y la empresa que la opera: Procafecol S.A.

Son más de 20 mil cafeteros que tienen acciones, mientras que la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), representa a más de 500 mil familias –siendo la principal accionista-; hoy por hoy, las ventas de Juan Valdez generan regalías que se reinvierten en el bienestar de los socios, para tener una idea, en el pasado 2010 la cifra ascendió a más de 16 mil millones de pesos colombianos (aproximadamente 115 millones de pesos mexicanos).

Pero ¿cómo comienza la historia de este caso de éxito?; en 1927 un grupo de productores se reunieron para formar la FNC (www.federaciondecafeteros.org), siendo su objetivo primario mejorar la calidad de vida de sus familias y comunidades; para 1960, estos mismos cafeteros dieron vida a un personaje singular: Juan Valdez.

Que representa ese cafeticultor autentico, imagen que ha trascendido fronteras gracias a su buen marketing de tiendas, empaques y accesorios que muchos de ellos son elaborados por comunidades de artesanos como los de Curití Santander, especialistas en el manejo del yute y la “calceta” de plátano; la Filandia, mujeres mayores con gran experiencia en el manejo de canastos y el grupo de indígenas Kankuamas de la Sierra Nevada, donde elaboran mágicas mochilas que reflejan su idiosincrasia, historia y tradición cultura, que ha llegado a mostrarse hasta en películas como “El Todo Poderoso”.

En fin, que para el 2002 el 5% de las ventas de las “Manillas”, se destina al fomento de la educación de los hijos de los cafeteros por medio de la fundación “Manuel Méjia”; adicionalmente trabajan con organizaciones como “Salvarte”, la “OIM” y la “Enlace”, que les han permitido apoyar el talento de grupos vulnerables.

Y de la mano de la fundación Best Buddies Colombia, han desarrollado un programa de inclusión laboral para personas con discapacidad cognitiva, además de que las cafeterías Juan Valdez, son una vitrina para ediciones especiales como “Jóvenes Caficultores”, “Madres” o aquellas que hacen honor a una región; por ejemplo, desde 2007, lanzan una edición especial de fin de año llamado “Café de la Reconciliación”, proviniendo de todas aquellas comunidades que han encontrado la paz a través del café.
  
Actualmente cuentan con la línea de cafés sostenibles como el “Orgánico”, “Café de la Finca”, y Café del Bosque”, de las otras ediciones especiales están “Familias Guardabosques” y “Aves de la Zona Cafetera” y desde el 2010 iniciaron el proyecto denominado “Agua H2Origen”, donde junto con el Centro Nacional de la Investigación del Café (CENICAFE), fomentan el cuidado de las fuentes de agua y con el recurso obtenido desarrollan talleres de capacitación  y protectores de calor hechos con el 100% de materiales reciclados.

Así mismo por medio de la FNC y el CENICAFE, trabajan en líneas como la conservación de la biodiversidad, aves migratorias boreales, hace estudios de variedad genética, conservan los robledales; participan en programas forestales con cooperación internacional.

Es decir, desde 1993 ha la fecha se han reforestado más de 62 mil hectáreas y se han vinculado más de 8 mil familias cafeteras, y finalmente colaboran con mucho empeño en la reducción del impacto ambiental, como en la medición de la “huella de carbono” y adicionalmente están incorporando productos cuyos procesos sean ambientalmente sostenibles de lo cual próximamente estarán informando. Ahora ya sabe un poco más de lo que significa tomarse una taza de café Juan Valdez. Foto: COEA Comentarios: www.noesegurasalazar.blogspot.mx

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