“EL
CHIVO”
Señoras y señores, Don
Elodio Jiménez Pantaleón, llegó a la ciudad de Chilpancingo, en el año de 1978,
procedente de su natal Olinalá; y en la céntrica calle de Altamarino, apostó a
su sazón heredado de su señor padre Don Ramiro Jiménez (q.e.p.d.), quien fue
quien le enseñó a guisar la hoy día famosa barbacoa de chivo (birria).
Para quienes más allá
de nuestras fronteras, aun no tienen idea en qué consiste este ya popular
platillo guerrerense, tiene por ingredientes chile guajillo, comino, pimienta,
ajo, hojas de laurel, hojas y huesos de aguacate, sal y “el toque secreto”, los
cuales se remojan, se muelen y se acitronan para enchilar la carne, para
después ponerles en una vaporera hasta cocerse perfectamente.
Luego entonces,
servirse ya sea en tacos –en tortillas de maíz-, con consomé o platillos aderezados
de sal pimienta, cilantro y cebolla –picados-, y una buena salsa de tomate
verde o incluso chiles en vinagre; ideal para comerse por la mañana a la hora
del almuerzo o para comelitones en las fiestas familiares o de comunidad, donde
algunos incluso le acompañan de frijoles refritos, frijoles “puercos” o arroz.
En fin, que con la “receta
secreta” en la mano, Don Elodio inició con su negociación “El chivito”, el cual
pronto entro en el gusto del paladar capitalino, trasladándose por varios
rumbos de la ciudad, como el bullanguero barrio de San Mateo, donde le rentó a
Doña Juanita García en la otrora calle de “Niño Perdido”.
Hoy por hoy los expendios
de birria tienen una gran proliferación tanto en los mercados, como en el
centro y demás colonias de la periferia de la ciudad, como la “San Juan”, que
es donde actualmente se encuentra vendiendo, sólo los fines de semana desde
1982.
Amigo de comunicadores
como el decano del cronismo deportivo Don Federico Quiroz Suarez, gerentes de
radio, reporteros, contadores, abogados, peluqueros, etc., todos disfrutan en camaradería
la receta original de Don Elodio, quien en ocasiones tenía que trasladarse
hasta Copanatoyac -región de la montaña de Guerrero-, para surtirse de una
buena cantidad de chivos para poder dar respuesta a la demanda.
Como decía líneas arriba,
hoy día, sólo vende los sábados y domingos desde las ocho de la mañana –hasta terminar-,
en un acogedor rincón desde donde se puede apreciar gran parte de la mancha
urbana de la capital, siempre con una sonrisa en el rostro y con la amabilidad
de la “gente de antes”, atendiendo personalmente a su exclusiva clientela o donde
también le pueden hacer pedidos con el obvio tiempo de anticipación. Foto:
Visión 2000 Comentarios: www.noesegurasalazar.blogspot.mx
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