OPINION
PUBLICA
Señoras y señores, decía
Voltaire: “Los periódicos son los archivos de las bagateleas”; dicen los que
saben, que para contar una historia unos de los vínculos más fuertes de
comunicación es aterrizar los mensajes: “tangibles y cercanos”, pues más que
una “nota de prensa”, es generar contenidos en los medios de comunicación para
que la gente tome mejores decisiones.
Lamentablemente no todo
es paz y felicidad y es necesario que se conozcan los actos de corrupción y los
antecedentes de quienes como maquinas aparecen en la palestra política, ahí es
donde un mensaje debe ser mucho más fuerte y solido en sus datos y por supuesto
que esto afectará intereses.
Y pese a que en nuestra
vida cotidiana aparecen día a día “más pantallas” haciendo que la gente se
vuelve más visual tanto en la televisión como en las redes sociales, y al igual
pese a que cada vez hay menos tiempo para el consumo de contenidos y todo lo
que se pueda simplificar, el mensaje no debe dejar de ser efectivo.
Es definitivo, un
periodista no puede olvidar que escribe para “prensa escrita”, pero que también
es leído en los “smartphones”, por lo que los espacios a favor de la libertad
de expresión se siguen conquistando cada vez que se está generando la
información, pues aunque no estamos en un primer mundo, nos consta que en los cafés
o en los restaurantes o en nuestros propios domicilios cada vez se accesa con más frecuencia al
internet en cualquier momento.
De hecho el catedrático
en Opinión Pública Víctor Sampedro, en su más reciente libro: “El Cuarto Poder en
Red”, es muy crítico no sólo con la profesión periodística, sino también con la
enseñanza del periodismo, puesto que aunque no se sea un “nativo digital”, en esa
esfera de debate público, nueva y emergente residen los miembros básicos donde
profundiza la sociedad en su conjunto.
Y finalmente propone
recuperar las esencias del periodismo como servidor público, basándose en un
periodismo mancomunado en el cual el ciudadano es el sujeto comunicativo y
político por excelencia, que tiene como capital físico dispositivos conectados
a la red que se gestionan dentro del capitalismo cognitivo con enorme cantidad
de datos.
De tal forma que si
estos datos son liberados y cuentan con la ayuda de profesionales y de
organizaciones periodísticas al servicio de esas comunidades que liberan los datos,
se vuelven más necesarios en número y compromiso que nunca y que de esa forma
se hace un virtual y real contrapeso con aquellos medios convencionales.
Que en su inmensa
mayoría se han convertido en canales de difusión, o bien de propaganda política
institucional disfrazada de información, es decir, relaciones públicas, o bien
de propaganda encubierta de los sectores económicos de mayor fuerza.
Dice Goethe: “Hablar es
una necesidad, escuchar es un arte”, y así es, utilizar los datos para seguir mis
decisiones editoriales, va más allá de ser un buen conversador, hay que
escuchar primero lo que quiere la gente, para buscar publicar de lo que la
gente quiere hablar y eso significa mirar de cerca los análisis, que se hacen
tanto por los especialistas, empero, principalmente de la gente de a pie que
son los que hacen la voz pupulli, la real Opinión Pública. Foto: Internet Comentarios:
www.noesegurasalazar.blogspot.mx
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